Boletín Mensual Octubre 2025

Entre anécdotas, desafíos y afectos: la despedida laboral de Patricia Pérez

Tras más de tres décadas de trabajo ininterrumpido, Patricia Pérez se jubiló y recibió un cálido reconocimiento de sus compañeros y de la Comisión Directiva. Su paso por el Centro marcó una historia de compromiso, aprendizaje y valiosas experiencias compartidas.

Luego de 35 años de trayectoria, Patricia Pérez se despidió del Centro de Bioquímicos Regional Río Cuarto, institución a la que llegó casi por casualidad y que se convirtió en parte fundamental de su vida. En sus últimos años, se desempeñó en la Caja de Consumo, desde donde acompañó el crecimiento del Centro, el avance de la tecnología y el fortalecimiento del vínculo con bioquímicos, proveedores y colegas.

Llegué porque trabajaba en un laboratorio y se iban dos chicas. Conocía a Don Gary y Kika, que eran los administradores, familiares de mi esposo y me propusieron sumarme. Tenía algo de conocimiento sobre facturación, pero al principio tuve que aprender mucho. Empecé en facturación y luego pasé a la caja”, recuerda Patricia sobre sus inicios.

Con el paso del tiempo fue testigo de grandes transformaciones: “El cambio más importante fue todo lo digital. Al principio era todo a mano y después tuvimos que aprender a cargar órdenes en computadora. Fue un proceso de adaptación constante”.

Su rol en la Caja de Consumo fue un desafío especial: “Pasar de la ventanilla y la facturación a la caja implicó estar atenta a vencimientos, manejar stock, proveedores, pedidos. Era otra dinámica, pero me gustaba mucho. También disfrutaba del trato diario con bioquímicos y comisionistas, y del desafío de incorporar nuevos reactivos y tecnologías”.

Entre los recuerdos más significativos, Patricia destaca el trabajo junto a Jorge Cisneros, quien fue su compañero en la caja: “Fue una etapa que recuerdo con mucho cariño. Era una gran persona, divertido, aprendí mucho de él. Estando la caja abajo, nos cruzábamos todos los días con todos, había más conexión. Ahora, al estar arriba, se siente más aislado”.

La idea de “ayudar al bioquímico” fue el eje que marcó su carrera: “Don Gary siempre nos recalcaba que estábamos para solucionar problemas, no para crearlos. Aprendí que todos debíamos tirar para el mismo lado, trabajar en equipo y buscar siempre facilitar la tarea del bioquímico”.

Además de las responsabilidades laborales, Patricia atesora recuerdos llenos de compañerismo y afecto: “Nos juntábamos a celebrar cumpleaños o simplemente a compartir un asado. Cada una aportaba algo, eran momentos muy lindos. También compartimos etapas personales importantes, como la crianza de nuestros hijos, llevándolos al mismo jardín y acompañándonos mutuamente”.

En estos últimos años, la presencia de Ignacio en el equipo fue clave: “Después del fallecimiento de Jorge, Ignacio fue un gran apoyo. Su formación técnica aportó mucho a la caja y trabajamos siempre codo a codo. Espero haberle transmitido algo de lo que yo aprendí”.

Hoy, Patricia inicia una nueva etapa con entusiasmo: “Esperaba este momento con muchas ganas. Quiero disfrutar del tiempo libre, de mi nieto, de mi familia. Sueño con poder viajar, recorrer el país y pasar temporadas en Luyaba, un lugar que amo. Lo mejor es que mi esposo y yo estamos en la misma etapa, así que podemos compartirlo juntos”.

Con gratitud, afecto y el reconocimiento de todos sus compañeros, Patricia se despide dejando una huella profunda en la historia del Centro de Bioquímicos, donde su dedicación, compromiso y calidez humana acompañaron cada paso durante más de tres décadas.